Un laboratorio ha hecho una sencilla prueba para demostrar lo importante que es limpiar y cambiar la mascarilla ya que si no lo hacemos como se debe, puede perjudicar a nuestra salud.
El experimento se llevó a cabo con mascarillas que llevaban mucho tiempo puestas y con otras que se han guardado en el bolso después de usarlas. Se seleccionaron diferentes tipos de mascarilla, personas y usos, para tener así un muestreo variado que tome en cuenta distintas variables. Las cortaron por la mitad y sembraron para comprobar la cantidad de bacterias en cada una de ellas.
¿El resultado? Se saca más bacterias de las mascarillas que más se utilizan, unas bacterias que pueden ir creciendo e impregnar el rosto, por lo que se recomienda cambiar la mascarilla y no utilizar la misma durante todo el día.
Sin embargo, una de las quejas más comunes respecto al uso de las mascarillas es la aparente falta de oxígeno que genera. Rosalía Gonzalo, farmacéutica, demostró que no es así gracias a una sencilla prueba con el aparato más demandado durante la pandemia: el oxímetro.
Rosalía utiliza el pulsioxímetro para comprobar que la saturación de oxigeno en sangre es la adecuada tanto sin mascarilla, como con ella puesta. Según explicó esta farmacéutica, el problema podría estar también en que mucha gente se pone hasta tres mascarillas a la vez porque creen que así limitan la entrada del virus, pero un equipo de protección individual cumple con las medidas, no hace falta usar más a la vez.